jueves, 22 de septiembre de 2016

MASAJE

El famoso “Masaje de Systema” es un proceso, no un fin en sí mismo. No puede tomarse simplemente como “una técnica que me arregla la espalda” o “un tratamiento que me reconfigura el cuerpo”. Antes de entrar a la sesión, ya te advierten que el masaje va a tener repercusiones internas. Los sentimientos, los pensamientos, todo cambia. Y es que, sencillamente, el masaje provoca un trauma profundo.

Imaginen un dolor tan grande que supere por mucho sus umbrales de dolor. Luego, imaginen que ese dolor dura 40 minutos, en forma ininterrumpida. Por eso se dice que recibir el masaje de systema ES hacer systema. No se puede pasar por ese proceso si uno no hace todo lo que aprende en systema. Tomar el masaje es tan útil a la actividad como practicar golpe o aprender a defenderse de un cuchillo.

Ya, al principio, uno se percata como va a ser la evolución del masaje. Desde el mismo segundo cero, el masaje es a todo o nada. Hay que sacarse las zapatillas y pararse sobre una alfombra con unas especies de clavos punzantes. Ahí ya uno descubre que no hay lugar para bromas: o te relajás y respiras, realizás control del miedo y aceptación del dolor… o te vas.

Luego, comienza una pelea interior muy fuerte, que dura durante toda la sesión. Te peleás con tu ego (¿por qué yo me someto a esto), te peleás con tu miedo (¿puedo soportar esto?), te peleás con tu ansiedad (¿faltará mucho para que termine todo esto?). Y realmente, lo que hacés es ganarle a cada uno de esos planteos. “¿Por qué me someto a esto?”... porque no quiero ser mediocre, quiero mejorar. “¿Puedo soportar esto? “… por supuesto. “¿Falta mucho para que termine?”… Sí. Y lo acepto.

Nada como este masaje me hizo comprender como se respira en systema. Ningún ejercicio, jamás, me logró llevar a tal estado de tensión. Y por primera vez pude entender como se hace para llegar a una relajación absoluta cuando uno se encuentra en medio de una tensión y un dolor paralizante.

Con este masaje entendés todo. Tensión, relajación, respiración, control del miedo, aceptación del dolor, control del ego… todo. Y a niveles profundamente mentales.


Por supuesto que desde lo físico tiene devoluciones empíricas: Hace años que no sentía tan libre la espalda, no me suena más el cuello cuando lo muevo, y realmente me desapareció por completo el dolor del ciático. Siento el cuerpo muy relajado. Los brazos cuelgan de los hombros y los trapecios no existen. También mi ánimo mejoró mucho. Estoy muy tranquilo. Esa es la palabra correcta. En paz.

lunes, 19 de septiembre de 2016

APLICACIONES

El entrenamiento, en Systema, debe hacerse lento, manteniendo la relajación y buscando la fluidez. La idea es intentar naturalizar los movimientos, convertirlos en un desarrollo de nuestra propia movilidad. Sin embargo, no debemos olvidar que Systema es un estilo de defensa, que debe ser versátil y útil.

Así, se vuelve necesario comenzar a integrar algunos esquemas de ejercicios que nos permitan comenzar a testear lo que vamos aprendiendo, en condiciones reguladas y controladas. 

No es un ejercicio de sparring. No existe ánimo competitivo ni ego. Solo es una forma de detallar y pulir lo que vemos cada día en clase.

https://www.youtube.com/watch?v=GAYZVsxRCK0&spfreload=5